Un objeto sensible y su capacidad de lugar,
se convierte en espacio cuando es percibido por
los sentidos y contiene la materia.
Se torna penetrable cuando en el espacio
que ocupa por si mismo, puede, todavía,
caber otro, o en otro cuerpo, sin separar al primero.
Un espacio penetrable es, sin dudarlo,
una onírica área de culto.